Por: Juan Carlos Cubeiro Socio-Director de IDEO Business
¿Para qué sirve un prólogo? ¿Qué sentido tiene que el abajo firmante se interponga así de buen comienzo entre ti, querid@ lector/a, y esta estupenda obra sobre la Felicidad, tan completa y tan práctica, que ya te has dispuesto a degustar? ¿Por qué este ejercicio de pseudo-masoquismo: hacerte esperar, cuando no reprimir tus impulsos lectores, cuando ya has tomado la acertada decisión de embarcarte en esta deliciosa aventura de interactuar con una obra de Santiago Vázquez, basada en su profunda reflexión y en el exitoso funcionamiento de R, una empresa de comunicación que promueve activamente la Felicidad de sus clientes y sus profesionales?
Me cuentan quienes tienen amplia experiencia en el mundillo editorial que el propósito de un prólogo era, hace muchos años, el de que un catedrático o alguien versado de similar modo en un tema “avalara” a un autor menos conocido. Evidentemente, éste no es el caso. Mi querido y admirado Santi Vázquez, Chief People Officer de la compañía R, es un joven (“uno es joven mientras sus sueños son mayores que sus añoranzas”) sobradamente preparado, mucho más que un servidor. Economista y licenciado en Ciencias Políticas y en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, Doctorando, PDD por el IESE, coach ejecutivo certificado por la AECOP (CP 49) con más de 20 años de experiencia laboral en España, República Dominicana y Filipinas formando parte de uno de los grupos profesionales más eficientes y competitivos del mundo de la energía, Unión Fenosa (ineludible recordar en estos momentos a su mentor, el maestro José María Vázquez Pena, una de las personas que ha transformado en nuestro país la jefatura de personal en una auténtica dirección de personas) y desde hace unos 15 años liderando en R el talento, en el equipo de Arturo Dopico, y logrando que el teleoperador nacido en Galicia demuestre que es posible –probable, casi seguro, porque el éxito nunca es por casualidad- que la felicidad inteligentemente entendida sea el timón de una nave empresarial. Una labor pionera que debe ser conocida, admirada y replicada al máximo. Si aún no has visto a Santi Vázquez “en acción”, te recomiendo su vídeo de TEDx Galicia sobre La felicidad en el trabajo: www.youtube.com/watch?v=HPhqZ9JBOlU. 18 minutos de tu tiempo muy bien invertidos para tu placer y aprendizaje.
Pero volvamos al propósito, si es que lo tiene, de hacer un prólogo a este libro. Etimológicamente (decía D. Antonio Gaudí que “para ser original hay que ir al origen”), Pró-logo viene del griego prólogos, antes del logos, del discurso. En el teatro clásico heleno, especialmente en la comedia, el “prólogo” era el actor que hablaba antes, que explicaba el argumento de la obra y la ponía en contexto. Esto tal vez nos pueda valer.
Sí, nos puede valer porque el autor, mi amigo Santi, y un servidor entendemos la vida como una comedia (una rama del teatro en el que los personajes se enfrentan a las dificultades de la vida haciendo sentirse bien a los demás) y no como un drama lacrimógeno. Y porque desde este prólogo quizás podría ayudarte, querid@ lector/a, con toda modestia, a “enfocar la mirada”; no a destripar el argumento de esta valiosa obra, que no lo pretendo y sería un estropicio imperdonable, sino a contextualizar mínimamente la felicidad en el trabajo.
¿Por qué hablar de felicidad, y no digamos trabajar profesionalmente para ella, “con la que está cayendo”? ¿No es mejor tratar de “salir de la crisis” y esperar a que vengan tiempos mejores? Pues me temo que no; es que ya no estamos en crisis. Lo que estamos viviendo, especialmente en Europa Occidental y más particularmente en España, es un cambio de era. El paso del Capitalismo, un sistema económico y social que ha imperado 520 años, a lo que algunos empezamos a llamar el Talentismo, una época histórica en la que el talento (entendido como “capacidad por compromiso en el contexto adecuado”) es más escaso, y por tanto más valioso, que el capital financiero. Una época plagada de oportunidades, en la que no sabemos muy bien cómo hacer las cosas con total éxito, pero en la que conocemos la receta segura del fracaso: tratar de hacer las cosas como antes. Por ejemplo, encontrar en el trabajo una tortura cotidiana (como sabes, trabajo proviene de trepalium, instrumento de tortura empleado para los esclavos en el Imperio Romano) y no como una fuente de felicidad. En el Talentismo, las organizaciones que apuesten rigurosamente por la Felicidad son ganadoras y las que, siguiendo las inercias tayloristas, falten al respeto y a la consideración a sus empleados y como consecuencia a sus clientes, desaparecerán irremisiblemente. Y ese cambio de mentalidad produce que los jefes y jefas se han de transformar en lo que la periodista andaluza María Graciani llama “GeFes”: Generadores y generadoras de Felicidad.
En fin, que sigo sin saber qué hace un tipo como yo en un sitio como éste, en el prólogo de una obra que no necesitaría ser prologada. Pero ya que estamos, y para terminar, quiero compartir contigo un momento mutuo de gran felicidad del autor y un servidor.
Sábado 12 de junio de 2010, La Coruña (“la ciudad donde nadie es forastero”). Preciosa mañana en la que se clausuraba el Congreso de la Felicidad organizado por AEDIPE Galicia (un Congreso en el que Santiago Vázquez tuvo una participación más que decisiva). Me habían concedido el privilegio de presentar a Sonja Lyubomirsky, autora de La ciencia de la felicidad y la gran experta mundial sobre el tema desde el punto de vista científico. Y deseaba hacerlo de un modo especial.
Se me ocurrió que, dado que el Mundial de Sudáfrica 2010 había empezado la tarde anterior, podíamos encontrar un paralelismo entre los Happiness parents (“los padres de la felicidad” y los jugadores de La Roja (a la postre, y como todo el mundo sabe, los ganadores del torneo): Martin Seligman como Iker Casillas, Mihalyi Csikzentmihlayi como nuestro Xavi Hernández, Carol Dweck como Sergio Ramos, Daniel Kahneman como Carles Puyol, Kennon Sheldon como Gerard Piqué, Christopher Peterson como Capdevila, Barbara Fredrickson como Andrés Iniesta, Robert Biswas-Diener como Xabi Alonso, Ed Diener como Cesc Fábregas, la propia Sonja Lyubomirsky como David Villa y Tal Ben Shahar (que hablaría después de Sonja en aquel Congreso de La Coruña) como Fernando Torres…
Para que la idea pudiera redondearse, conseguimos a partir de Santi y del gran Enrique Ulloa que fuera José Luis Naya, “la voz de Riazor”, el decano de los speakers de la Liga junto con Manel Vic, del FC Barcelona, quien fuera cantando ante los asistentes, con su maravillosa voz de barítono, la alineación de los padres de la felicidad (“con el número 1, como nuestro Iker Casillas, Martin… Seeeligman”).
¡Qué momento tan especial! Un servidor estaba junto a José Luis Naya, en el escenario, y frente a mí, en primera fila, Santiago Vázquez, que había hecho posible ese instante y todo el Congreso. Santi es un enorme aficionado al Deportivo de La Coruña; y allí estaban, unidas, dos de sus mayores pasiones: el Dépor y la Felicidad en el trabajo. Ninguna cámara recogió su retrato en ese momento de fluidez, pero te prometo por mi hija Zoe que esos ojos abiertos, esa sonrisa apacible, esa energía tan contagiosa, esa ilusión inmensa de Santi Vázquez no se me olvidará en todos los días de mi vida.
Debemos optar a ser seres felices porque somos seres libres: “Entre el estímulo y la respuesta, hay un espacio. En ese espacio reside nuestra LIBERTAD y nuestro poder para elegir la respuesta. De esa respuesta depende nuestro crecimiento y nuestra FELICIDAD” (Nelson Mandela). La Felicidad es clave para vivir más (Longevidad), vivir mejor (Calidad de vida), relacionarnos mejor con nuestros semejantes (Empatía), obtener más (Rentabilidad), ser plenamente humanos (Ética) y dejar un mundo mejor a las siguientes generaciones (Sostenibilidad). Nada menos. El autor de este libro te lo va a contar paso a paso.
Y si todavía sigues ahí, querid@ lector/a, y no has pasado directamente a leer este libro de Santiago Vázquez, que es lo que tenías que haber hecho, es que tienes más paciencia que el santo Job y, como consecuencia, te has ganado lo que hoy llamaríamos “un Máster en Resiliencia”. Enhorabuena.
En fin, que Santi quiere contagiarte de la gripe H (“Happiness al work”, Felicidad en el trabajo) y lo va a conseguir; si pasas a la siguiente página ya no te vas a librar.
Feliz contagio.